If you are not the one

Bueno estoy empezando a pensar que debí registrarme con algún nombre de un personaje...pero bueno, ya esta hecho y también me pueden encontrar como bleeding carnation en fanfiction y amor yaoi.

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Es un songfic, nada de lemon…era mi intención cuando empecé a escribir.

La canción es “ If you´re not de one” de Daniel Beddingfield.

Y ni Kyou Kara maou, ni la canción, me pertenecen.


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Un rubio y un Moreno se preparaban para una nuevo día, pensando en las banalidades de la rutina, en la gran cama del maou sentados cada uno al lado opuesto dándose la espalda, uno que otro pensamiento sobre el otro atravesaban sus mentes, sobre lo que había pasado la noche anterior, tan vívida y tan increíblemente real para uno de ellos. Las orbes negras siguen buscando inconcientemente las verdes, queriéndolo, deseándolo, atreviéndose a preguntar “si esto no debería ser ¿ por qué me siento tan bien?.”


Siempre se imaginó con una mujer, nunca se le pasó por la mente que se terminaría enamorando de un chico y menos de todo un príncipe montado en un caballo blanco digno de ser rey, de quién suponía sería mejor rey que él.

La negación seguía allí, no podía negarlo, pero tampoco quería aceptarlo.

En medio del silencio una mano más blanca que la nieve toma la morena contrastando a la luz del sol de madrugada, ese sol perezoso por levantarse, que apenas brilla, timido.


Ante el contacto la única parte de su cuerpo capaz de reaccionar es el corazón, inconsciente de lo que le estaba haciendo pasar a su dueño, una mejilla roja se apoya contra su hombro de reojo ve esa cara que ayer pudo contemplar perfectamente sin ningún tapujo de cerca.


Mil cosas rebotan en su cabeza, lo que esta mal, bien , lo que se supone y lo que la sociedad impone, todas peliando entre ellas, hasta que un rostro enmarcado de la miel más rica y unos ojos más hermosos que lo más profundo de un lago, les ganan sin dejarles ni un punto.

Pero…


Después de todo lo que había pasado, ya no valían los arrepentimientos.


Se dio la vuelta, y en una incómoda posición se abrazó a la cintura de su prometido, el rubio seguía pensando que se había perdido en el desierto y enjaulado en una ilusión traicionera, que en cualquier momento despertaría a la fría realidad y se encontraría con que nada había pasado.


Lo que no avanzaron en años lo hicieron en una noche, noche que la recordarían por el resto de sus vidas.


-Supongo, que ahora dejarás tus discursos de “Amistad masculina” ¿no? henachoko- dijo pícaramente, con la sola intención de ruborizar a su prometido, cosa que logró.


No respondió si lo hacía, su voz se vería claramente afectada e insegura, dentro de él ahora se destejía la inseguridad, pero todavía no era suficiente, las dudas seguían castigándolo, después de todo…ambos eran hombres.


El día pasó normalmente, ciertamente la noche anterior pensó que el mundo se detuvo solamente en honor a ellos dos, y que todo el mundo se había enterado de ….todo.

Pero nada, desayuno, el trabajo con Gwendal, los estudios con Gunter, el almuerzo con todos, hasta hacer footing con Conrard, perfectamente como todos los días, lo único diferente eran sus piernas, tal vez sería su imaginación, pero ahora estaban más ¿sueltas?.

No, algo era claramente diferente, quería que llegara la noche para estar una vez más a su lado.


Su corazón y su cabeza batallaban en una sola encrucijada, sus sentimientos le decían vamos, su raciocinio basta.

Y la conversación que había tornado sus dudas, estaba junto a Murata, sentado en una de las mesas externas de un restaurant, comiendo juntos un helado extra grande, de ocho sabores y agregados especiales.

-Shibuya, toda relación como la tuya, termina mal algún día.- sentenció un sabio.

-¿Qué relación?, no tengo novia

Unos lentes brillaron con la luz del sol de compañera, escondiendo detrás de ellos, astutos, le verdadera forma de una persona.

-Es cierto no tines novia...jejeje…hablando de relación ¿Cómo te fue el otro día en tu cita con sir von Bielefeld-kyou.

Un chico casi boto el helado de la boca, que en ese momento comía.

-¿Q- qu- qué ciiii-ciiitt- ci-taaa?

-Oí que le mostraste el estadio de béisbol, le enseñaste un poco, practicaron por varias horas, y antes de eso comieron juntos…¿ ne ? shi-bu-ya.

-Eso, no fue una cita, simplemente quería enseñarle lo que siempre le cuento- dijo, controlando su tartamudez.

-Lo que siempre le cuentas…cuando ¿están en la cama?.

-¡ Mu-mu-r-raa-ttaa!

-Shibuya, le haré un favor a Bielefeld-kyou, mmmm….si sigue esperando que te des cuenta por ti mismo, envejecerá en el camino, y los mazokus sí que se demoran en envejecer…- dos ojos negros lo miraban en una mezcla de expectación y miedo- Shibuya : duermen juntos, se bañan juntos y frotan su espalda, viajan juntos, hacen footing juntos, cabalgan juntos, el te enseña esgrima y tu le enseñas béisbol, tienen extrañas salidas al pueblo y a la tierra que todos llaman citas excepto tú y por último, nunca has hecho algo en serio para terminar el compromiso ni tampoco para que Greta deje de llamar padre a Bielefeld-kyo, es más a veces siento que aceptas la idea que tenga dos padres.

Un chico de lentes se llevo una cuchara a la boca, mientras el otro parecía sufrir de un parálisis momentáneo, la cuchara a medio camino hacia el helado, se había quedado congelada en el aire, al igual que la cara de su dueño.

-Shibuya, las relaciones así no surten efectos, ambos van a salir lastimados, es cuestión de tiempo, y no mucho para que Bielefeld-kyo se aburra, y se vaya con otra, - lo miro rebuscando hasta la última expresión en su cara- aunque creo que para ti sería más significativo que se fuera con otro.

Idiota,Murata no tenía idea de nada ¿Cómo podría?, ellos dos eran amigos nada más…¿ cierto? ¿ verdad que sí?.

Se habría quedado con esa idea sino fuera porque no pudo dormir esa noche entera en la tierra, Wolfram con otro, Wolfram haciendo lo mismo que hacía con él con otro, Wolfram bañándose con otro, Wolfram celando a otro, Wolfram frotandole la espalda a otro, Wolfram practicando con su espada con otro…no eso no eran celos, de eso estaba a punto de auto-convencerse, sino fuera por los últimos tres pensamientos que cruzaron su cabeza, Wolfram durmiendo con otro, Wolfram besando a otro, Wolfram, su Wolfram, gimiendo para otro.

Ante esas ideas de perderlo hizo lo único que podía hacer, por un buen rato lloró, las lágrimas caían traicionando a su dueño, por sus mejillas, hasta que decidió no perderlo, no tan fácil, por lo menos lo intentaría, por él, por Wolfram, por ambos.


Miró el reloj que estaba sobre su mejillla de noche, incrustado a ella, para que no cayera, las una de la madrugada, no podía ni quería seguir durmiendo, se levantó, se dirigió al baño, llenó la tina de agua y se dejó llevar a otro mundo, a dónde estaba esa persona.

-Wolfram!- abrió la puerta de la hbitación del rubio, para encontrarse con la oscura soledad de compañera, nadie, la cama estaba pulcramente hecha, sabanas planchadas, todo estaba ordenado.

-Heikka- una voz lo sacó de sus cavilaciones.

-Conrard…¿ y Wolfram?.- en medio del apuro olvidándose de saludar, pero el mayor pudo entender bien sus preocupaciones.

-Salió de patrulla con su guardia, vuelve pasado mañana.- por primera vez en 17 años de existencia dos días le parecieron un plazo eterno, se le había olvidado corregir a su padrino para que no lo llamara “heikka” es que en ese momento lo único que podía pensar era: Wolfram.


¿ Y si era mentira? ¿ y si era una excusa? ¿ y si wolfram ya se había fugado con otro y lo estaban engañando?, no no podía ser… ¿ o si?,las 48 horas que tuvo que esperar y el espacio que los separaban, y no le permitía saber lo que hacia le sirvieron para inventarse mil historias, empezaba a comprender la actitud de su prometido, al perseguirlo a todas partes.


Greta, jugaba con ella, le leía cuentos, la oía decir lo genial que era Anissina, cosa discutible, pero si ella lo creía así…Wolfram y Greta, su familia, los tres juntos, ya eran una familia, al ver el rostro de Greta y recordar los momento en que ella había jugado con Wolfram, le hacían sentir un regocijo inexplicable en el corazón, Wolfram la había aceptado y amado, a pesar de ser humana, pero para ser realmente una familia, faltaba algo, faltaba que ellos dos se prometieran amor hasta la muerte, oficialmente, ¿ sería ir muy rápido?.


Esas horas le sirvieron para darse cuenta de la distancia imaginaria que él había creado entre ellos, él mismo se había alejado de Wolf, siendo que ahora mismo podrían…podrían ser una pareja.


Sin Wolfram y con Greta durmiendo o pasando su tiempo con Anissina o Cheri-sama su día era totalmente vacío, no tenía en realidad algo que hacer ni con quién, sólo cuando había una emergencia o cuando solía aparecer otra información sobre las cajas, sin Wolfram sentía un espacio sin ocupar en su alma.


El tiempo es lento, cuando uno quiere que sea rápido…


Wolfram…¿ llegaría con él a viejo?, contando la edad de los mazokus, pensaba irónicamente, bodas de qué terminarían siendo.

Wolfram, por primera vez no sentía la duda que antes tanto lo había comido por dentro.



Finalmente después de la espera, viendo por la ventana de su lugar de trabajo, lo vio llegar, a él, la figura le hizo pensar que era todo un príncipe azul sobre un caballo blanco, pero no era cualquiera, era su príncipe azul.



Salió del lugar para dirigirse donde se encontraba su prometido, no sabía bien que le diría, no sabía cómo reaccionaría, no tenía ni un pizca de idea que haría al estar frente a él, tenía solo algo claro: debía verlo, y ahora.

Y ahí estaba, hermoso como siempre, la belleza completamente fuera de este mundo que sólo él poseía, ¿se merecería alguien así a su lado?, pero él era el que no había desistido en la idea del compromiso, había llamado hija a Greta por su propia voluntad, y se había inmiscuido en su lecho, se dio cuenta que no había hecho nada por sí mismo, que siempre era Wolfram el que lo guiaba.


Sino fuera por él, ya no estarían juntos, si él ya se habría aburrido, estaría inmerso en el más profundo arrepentimiento, si él no estuviese a su lado…hubiese muerto, si él no fuera un egoísta de cuidado, quizás ahora se perdería la oportunidad de unir sus vidas. Ya era hora de tomar cartas en el asunto y decirle lo que hace mucho debió…” Te amo”.


Ahora estaba frente a él, queriéndole decir algo, pero no sabiendo exactamente qué.

-Yuuri…¿ no piensas saludar a tu prometido?.

-…

-No te quedes mirándome allí con esa cara de bobo, henachoko.

-….

-Está bien, sino quieres saludarme yo lo haré por ti.

Se acercó al Moreno, peligrosamente a su cara, solo queriendo jugar, que él lo alejara, y sin la total intención de que pasara algo, pero Yuuri tomo sus mejillas con sus manos, y acercó sus labios a los de él, por un momento pudo sentir el calor de su cuerpo, no cerró los ojos, la impresión y la sorpresa, confabuladas, se lo impidieron.


Después del beso, ninguno dijo nada, uno por los nervios y el otro por lo descolocado que se encontraba, no podía ser cierto. Un moreno tomó a un rubio de la muñeca derecha y con el, se dirigió casi corriendo a la habitación que compartían.

El rubio no entendía, el que lo tiraba era Yuuri, la urgencia por llevarlo hacia allí, no sabía cómo pero sabía a dónde iban, no podría ser nada indecoroso ni…romántico, de eso podía estar seguro.


Llegaron, el moreno cerró la puerta tras sí, y empujo el rubio fuerte y delicadamente dentro de la habitación

Miro su cara detalladamente, sí debía ser raro ver a él, Shibuya Yuuri haciendo eso.

No le dijo nada, no sabía qué, se acercó lentamente a él, no sabiendo muy bien que hacía, miro por un instante la cara de su ángel, para después estar lo suficientemente apegado a él, como apreciar su aliento, y su olor que le era tan característico, paso sus manos por desde su cintura hacia su espalda, amarrando sus cuerpos compartiendo el calor que cada uno emanaba.


Todo esto había, ciertamente, descolocado a un príncipe caprichoso, después de hacer la patrulla de siempre, su prometido parecía estar muy meloso con él…demasiado meloso con él…él fue siempre el que no lo dejó profundizar su relación ¿no?

-Yuuri, ¿ Qué hiciste?

-¿Mmm?...¿Cómo qué hice?

-Infiel traidor…¿ Con quién estuviste para que ahora te comportes de esta forma?- escupió las palabras una a una en su cara.

El moreno expreso la sonrisa más cálida que podría tener, mirando directamente unas orbes verdes que lo tenían embelesado.

-Wolf…con la única persona que quiero estar es contigo.


Lo agarro volando bajo, casi a ras del suelo, sus mejillas tomaron un fuerte tono carmín, sus labios semi-abiertos, porque pensaba alegar pero ante esa razón no podía objetar nada. Por unos segundos se olvidaron del mundo, estaban ellos dos, con eso bastaba, observándose, como nunca antes habían podido.



Después de unos preciados instantes la necesidad de contacto se hizo presente, poco a poco sus caras cortaron distancias dejando a sus labios disfrutar el contacto de los del otro una vez más, esta vez un rubio en realidad pudo olvidarse de su propia existencia para concentrarse totalmente en la de su prometido.


Era su primer beso, y sí tuvieron que sobrellevar algunos problemas iniciales y típicos como chocar contra los dientes del otro o llegar a partes de la boca que no se desea, pero qué importaba contra de tenerse esos detalles no existían.

Se separaron un poco, sus respiraciones levemente agitadas tomaron causes normales, ahora, una vez más contemplaban los ojos del otro en un silencio único, que sin embargo un moreno quebrantó.

-Wolf…lo siento.

-¿Por qué?

-Por todo lo que te he hecho sufrir todo este tiempo, gome.

-Hmmpf- dio vuelta su mentón, en un ataque de orgullo- ¿Qué más podía esperarse de un henachoko como tú?- eso alivió el ambiente

-No me llames henachoko- la diferencia fue que lo dijo en entono de niño pequeño, regañado con su madre, disculpándose tapadamente. Quería ser malcriado y lo querían malcriar.

-Wolf…-lo abrazo nueva mente su boca en su oído le permitían al rubio sentir plenamente su voz y su calor que le daban pequeños cosquilleos- prometeme que estarás siempre a mi lado.

-¿Qué son esas palabras tan de repente?

Una mirada que expresaba todo lo que con la voz no fue dicho a un rubio le fue suficiente.

-Por supuesto, te prometo estar siemprea tulado, después de todo un rey debilucho como tu, me necesita, y no creas que te safarás de mi tan fá…-unos labios no lo dejaron continuar..


-Wolf…yo- tomó aire y controlo sus nervios y sus tartamudez lo máximo que pudo- yo…

El rubio estaba expresando por fuera su expectación por dentro, su cara demostraba que ya sabía lo que diría, pero quería oírlo, necesitaba oírlo.

-Yo…te amo.


Sí, los recuerdos del día anterior no murieron en la memoria y nunca lo hicieron sin querer había hecho un pacto secreto con este príncipe caprichoso, un pacto que nunca sería disuelto, por más quejas que diera, nunca querría disolverlo.

Todas la noches que no había pasado con él y todas las veces que lo había echado de la habitación se anegaron en su mente, y se arrepentía de ellas.


Su príncipe azul podía ser realmente tierno y cálido, temió herirlo, pero no lo hizo porque tomó hasta la última precaución de ello, en sus oídos pudo sentir su respiración agitada nombrándolo, y sentirse a si mismo perdido dentro de él. No había lugar a quejas, lo amaba con todo sus ser y quería que fuera suyo y pertenecerle para siempre.


El día después estaba allí, presente la cruda realidad mostrándose ante sus ojos, sintió unos ruidos de risas y juegos en el patio, que más parecía parque a su gusto, del Castillo.


Ahí, estaban su único amor, para toda la vida y su hija, jugando, su familia, Wolf perseguía a Greta, la tocaba decía una palabra y arrancaba, ahora era Greta la que lo perseguía a él.

-¡ Yuuri!- una niña corrió hacia donde estaba parado un Moreno.

-¿Quieres jugar?- la sonrisa de su hija era la más Hermosa


Todo estaba resuelto, es verdad, Wolfram también era hombre, pero eso no era lo que importaba…

Simplemente quería estar a su lado, y pasar su vida junto a él.


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