Caída libre!! [Segunda Parte] -Colectivo-

Casi había sido arrastrado hasta la casa del pelinegro, y con ello había arrastrado a Gil con él. Se sorprendió cuando lo metió en el agua y mas por aquel camino echo dentro de esta. Al sacar la cabeza del agua no podía creer lo que acababa de pasar, su mirada paseaba por el lugar, como si no creíera lo que acababa de pasar.

-Esto es...

No terminó la frase, a penas y podía creerse que se había echo amigo del actual maou de aquel lugar que había sido su hogar por largo tiempo.

Como siempre, las ausencias de Yuuri eran aburridas, dejándole como único trabajo el hacer guardia general. Esa mañana en especial había estado un poco más irritado de lo normal debido que esta vez, la ausencia de su prometido había sido más prolongada de lo usual. Decidió entonces distraerse un poco y dirigirse hacia el Templo Shinou, con la esperanza de poder encontrar ese día al Maou. Cabalgó hasta allí de mala gana. No le gustaba que lo dejaran solo por tanto tiempo y tenía tantas ganas de verlo...
Después de hablar con las guardianas para que lo dejaran pasar con la explicación de estar haciendo guardia en ese templo por si acaso el Maou decidía aparecerse en ese lugar. Una vez dentro caminó por uno de los pasillos que conducían al patio central con la cabeza en alto y la espalda firme, como si estuviese a punto de entrar a un campo de batalla.
Al llegar al patio pudo observar dentro la fuente, la negra figura que tanto anhelaba encontrar en ese lugar. Sintió un vuelco en el corazón y dio un paso hacia adelante para ir a su encuentro, cuando de repente se percató de que su prometido no venía sólo... y no pudo reconocer a sus acompañantes. Abrió los ojos debido a la sorpresa y los observó con cuidado. Fijó su atención a uno de ellos, estaba un tanto extrañado por su oscuro cabello... Le restó importancia para mirar al otro... Un rubio de ojos esmeralda.
De pronto sintió que empezaba a hervir por dentro y se dirigió a zancadas hacia ellos.

- ¡¡YUURI!!! ¡DESGRACIADO! - Se le fue encima jalándole las mejillas tan fuerte como pudo - ¿CÓMO TE ATREVES?!¡TE VAS POR UNOS DÍAS, ME DÉJAS SÓLO Y ¿VUELVES CON OTRO!!? - Les dirigió una mirada rápida a los otros fulminándolos lleno de rabia. - ¡ERES UN MALAGRADECIDO YUURI! ¡YO SOY TU PROMETIDO! TE ESPERO POR TANTO TIEMPO Y ME DESHECHAS ASÍ COMO ASÍ!

En la cafetería estuvo largo rato en silencio mientras los otros dos hablaban de algo de lo que él no tenía ni idea. Se terminó su refresco y alzó la mano para pedirse otro pero antes de que alguien le hiciera caso fue jalado con lo que tuvo que seguirles corriendo para no acabar besando el suelo frente a tanta gente.
Parpadeó atónito durante todo el camino, sujetándose el sombrero para que no volara. Pensó que al llegar a la casa de quien supuso que era de Yuuri la carrera terminaba así que suspiró relajado... pero la carrera continuó hasta el baño. Abrió sus ojos de par en par cuandio vio a ambos saltar a la bañera, ¡¿estaban locos?! ¡Se iban a partir la nuca!
Pero eso no ocurrió, sintió un enorme peso sobre él, sus ropas hacían algo incómodo aquel viaje y mas el tener que sujetar el sombrero... dichosas ideas tenían esos dos, pero... ¿donde diablos estaban?
Aguantó la respiración hasta que sintió una oleada de aire. ¿Al fin podrían detenerse? Escupió agua pareciendo una pequeña fuente por segundos, ni siquiera observó el lugar pues escurrió el sombrero y parte de la ropa.

-Oe Oz, ¿donde estamos?

Parecía que el rubio sabía donde estaban, observó su alrededor sin comprender demasiado. No importaba donde estuvieran, siempre belaría por el bien del rubio. Dio un respingo al escuchar a alguien gritar, parecía que conocía al otro pelinegro. No podía negar que aquel chico acababa de asustarlo de mala manera.

-E-etto... O-oz... - habló cogiendo al otro y alejándolo rápidamente al ver aquella mirada asesina que les dedicaba el otro.

Tragó duro y prácticamente abrazó a Oz para que no se acercara a ese tipo que parecía estar lleno de colera.